En los países desarrollados no hay tiempo para descansar. Somos la sociedad 24-7. Activos 24 horas al día, 7 días a la semana. Iluminación nocturna, redes sociales, trabajos por turnos, viajes entre distintas zonas horarias… ¿Cambiará esta dinámica a largo plazo? Difícil.
El problema reside en que hasta un 20% de la población puede estar desfasada, es decir; su ritmo biológico interno no corresponde con el ritmo externo que debe seguir1. Esta situación mantenida en el tiempo puede ser perjudicial para la salud.
Inmunidad y ritmo circadiano
En un post anterior ya hablábamos de la cronobiología y de los ritmos circadianos. Y es que cada vez surgen más publicaciones que analizan la influencia de estos ciclos en el organismo y en la salud.
A nivel inmunológico podríamos decir que existe también un reloj integrado en el sistema inmune, de tal forma que se coordinan las funciones de defensa innatas y adaptativas tanto en situación de homeostasis como en infecciosa o inflamatoria. Desde la movilización de leucocitos desde la sangre a un tejido, la diferenciación de ciertas células, hasta la liberación de citoquinas, tienen distintos patrones en función del momento del día. Por ejemplo, los ratones responden diferencialmente a la infección por la bacteria Salmonella durante el día o la noche, con diferencias en la respuesta inflamatoria según la hora del día a la que se inicia la infección2.
La influencia del ritmo circadiano en el sistema inmune no se aprecia solamente a nivel intraindividual; hay estudios que han demostrado un efecto poblacional, por ejemplo en casos de brotes de gripe y varicela. Es decir, se observan por ejemplo diferencias a nivel epidemiológico en la diseminación/transmisión de una infección en función del momento del día en que un individuo se encuentre expuesto al patógeno y cómo esté su sistema inmunitario, y los horarios de movilidad y rutina diaria de la sociedad (horas punta en transportes, etc.)3.
Aplicaciones prácticas
Conocer mejor esta influencia entre cronobiología e inmunidad puede ofrecer oportunidades de mejora en varios campos y desarrollar estrategias más precisas de prevención y manejo de ciertas enfermedades:
- Trabajadores por turnos, de aviación, viajeros entre zonas de diferencias horarias con ritmos alterados podrían mejorar su resistencia inmune.
- La incorporación de la biología circadiana en estudios clínicos podría ofrecer información sobre la influencia de la misma en los resultados de salud.
- La administración de terapias puede estar influenciada por la cronobiología y obtener distintos resultados según el horario en el que se realice.
- En enfermedades crónicas asociadas a la activación de ciertos procesos de la inmunidad adaptativa, como la esclerosis múltiple, asma, infección parasitaria etc. esta influencia puede ser especialmente interesante a la hora de establecer planes de tratamiento dirigidos a modificar la evolución de la enfermedad4.
Bibliografía
- Haspel JA, Anafi R, Brown MK, et al. Perfect timing: circadian rhythms, sleep, and immunity – an NIH workshop summary. JCI Insight. 2020;5(1):e131487. Accesible en : https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7030790/
- Orozco Solis R, Aguilar Arnal L. Circadian Regulation of Immunity Through Epigenetic Mechanisms. Front.Cell.infect.Microbiol. 2020; 10:96 Accesible en : https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fcimb.2020.00096/full
- Du A, Holme P. Coupling the circadian rhythms of population movement and the immune system in infectious disease modeling .Plos One. 2020; 15(6):e0234619 Accesible en : https://arxiv.org/abs/1910.05520
- Downton P, Early J, Gibbs J. Circadian rhythms in adaptative immunity. Immunology 2019.Accesible en : https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/imm.13167