La relación entre el virus de la gripe y el sistema inmune humano es una demostración de adaptación continua. El virus va mutando y cambiando entre tipos y subtipos de tal forma que cada invierno podríamos decir que es casi un virus nuevo ante el cual se debe diseñar una nueva respuesta inmunológica.

El virus de la gripe se reproduce en las células epiteliales del tracto respiratorio superior (nariz, senos paranasales, faringe y laringe) donde desarrolla normalmente un cuadro autolimitado de fiebre, tos, rinitis, dolor de garganta, dolor muscular, cansancio, dolor de cabeza, etc. En algunas ocasiones puede llegar al tracto respiratorio inferior (tráquea y pulmones) donde puede evolucionar a una neumonía de consecuencias graves.

Se contagia principalmente a través de las gotitas aéreas que se producen con la tos, estornudos y el habla, aunque en menor medida también se propaga a través de superficies contaminadas por esas gotitas. Su vía de entrada en nuestro organismo es por tanto a través de las vías aéreas (nariz, boca).

Respuesta inmune ante el virus de la gripe

  1. La respuesta inmune comienza su acción gracias a la capa mucosa rica en mucina, proteínas surfactantes y defensinas que se encuentra sobre el epitelio. En ella los virus quedan atrapados y difícilmente llegarán a infectar las células subyacentes.
  2. Posteriormente el virus es detectado por los receptores de reconocimiento de patrones como los tipo Toll, que son los principales activadores del sistema inmune innato que conllevará la producción de citoquinas.
  3. Las citoquinas proinflamatorias y quimiocinas como la IL1-B, TNF-alfa, y la IL-6 son esenciales en la activación y organización de células inmunes innatas como las células dendríticas (DC), neutrófilos, monocitos, macrófagos, etc. Una respuesta exagerada de citoquinas puede producir congestión pulmonar impidiendo el intercambio de oxígeno. Si esto se agrava puede tener importantes consecuencias.
  4. Se activa también la vía del interferón que estimula la expresión de genes que protegen a las células vecinas contra la infección del virus.
  5. Los monocitos se infiltran rápidamente en la mucosa del tracto respiratorio superior una vez se ha producido la infección por el virus gripal, los macrófagos y células dendríticas se preparan entonces para comenzar la respuesta adaptativa ya que una vez activadas migran hacia los ganglios linfáticos.
  6. La inmunidad adaptativa contra el virus de la gripe rara vez es capaz de producir anticuerpos contra antígenos invariables o conservados del virus; estos serían los que proporcionan una protección duradera a pesar de las mutaciones del virus. Por este motivo cada nueva infección por el virus de la gripe supone un nuevo reto para el sistema inmune, que debe reconocer de nuevo al virus y diseñar células B específicas para él.

La microinmunoterapia en casos de gripe

En este contexto, la microinmunoterapia, al estar compuesta por los mismos “mensajeros” que el sistema inmune, puede ayudar a reajustar la respuesta inmunitaria para que nuestro organismo detecte y controle de forma más rápida y precisa estos virus.

Bibliografía

  1. Mifsud EJ, Kuba M, Barr IG. Innate Immune Responses to Influenza Virus Infections in the Upper Respiratory Tract. Viruses. 2021 Oct 17;13(10):2090. doi: 10.3390/v13102090.
  2. Chen X, Liu S, Goraya MU, Maarouf M, Huang S, Chen JL. Host Immune Response to Influenza A Virus Infection. Front Immunol. 2018 Mar 5;9:320. doi: 10.3389/fimmu.2018.00320.
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