¿Entendemos todos los parámetros de una analítica? ¿Quién no se ha visto en la situación de hacerse una analítica por cualquier motivo (seguimiento del estado de salud en el entorno laboral, seguimiento de una enfermedad crónica, etc.) y encontrar datos alterados de unos parámetros que no conocemos? Eso mismo nos puede ocurrir con los basófilos, que pueden tener una alteración puntual sin importancia o la prueba de que existe una enfermedad silente. ¿Qué debemos saber al respecto?

En un hemograma completo se miden los distintos tipos de células de la sangre:

  • Los glóbulos rojos o eritrocitos que se encargan de llevar oxígeno a las células. Constituyen hasta el  99% de los elementos formes sanguíneos.
  • Las plaquetas que hacen que la sangre se coagule y se detengan las hemorragias. El margen correcto se encuentra entre 150000-400000/mm3.
  • Los glóbulos blancos o leucocitos que se encargan de proteger al organismo. En un adulto lo normal es tener aproximadamente 7000/mm3, dentro del intervalo de 4000-10000/mm3.

Desde el punto de vista del sistema inmune es importante que los distintos tipos de leucocitos estén en la proporción correcta ya que tienen unas funciones diferentes y complementarias. Por ejemplo, los neutrófilos constituyen aproximadamente el 65% de los leucocitos y se encargan de engullir y destruir microorganismos. Los linfocitos representan alrededor del 30% y son elementos clave en la inmunidad adaptativa. Y por último, los eosinófilos (alrededor de un 2.3%) y basófilos (alrededor de un 0.4%) tienen en su interior gránulos de histamina, citoquinas y leucotrienos, que se liberan al entrar en contacto con parásitos o alérgenos.

¿Qué significan los valores altos o bajos de basófilos?

Como comentábamos al inicio, las alteraciones en el número de basófilos suelen descubrirse por casualidad ante una analítica realizada por otros motivos. Niveles bajos de basófilos son poco indicativos ya que sus cifras normales están entre 0 y 300 basófilos por microlitro de sangre, siendo los leucocitos minoritarios. Cuando en repetidas analíticas persisten los niveles bajos (basopenia) puede pensarse en diversos motivos: desde estrés hasta ovulación, embarazo o hipertiroidismo.

Por el contrario, cuando se repiten niveles altos de basófilos (basofilia) puede pensarse en hipotiroidismo, infecciones, colitis ulcerosa, policitemia vera, mielofibrosis, e incluso la toma de algunos medicamentos, entre otros.

Dado que estas alteraciones pueden relacionarse con distintas situaciones de salud, es necesario que un médico valore los resultados analíticos dentro del contexto global del paciente, teniendo en cuenta toda la información de salud necesaria.

Si aparecen síntomas, estos van a depender de la situación o enfermedad que causa esa alteración del número de basófilos y por consiguiente, en caso de ser necesario, el tratamiento se adaptará a esa situación o enfermedad.

Es importante tener en cuenta que la formación y destrucción de los leucocitos en general es continua y su concentración en la sangre depende del equilibrio entre formación y destrucción. Hay variaciones normales a lo largo de la vida en cuanto al número y porcentaje de leucocitos que no significan que haya una patología.

Bibliografía

  1. Agur MR, Dalley F. Grant. Atlas de Anatomía. 11ª ed. Madrid: Editorial Médica Panaméricana; 2007.
  2. Concise Book of Medical Laboratory Technology: Methods and Interpretations. 2nd Edition. 2015. Ramnik Sood. ISBN: 978-93-5152-333-8. Pag. 261.

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