Es la infección producida por el virus de Epstein-Barr. Este virus es uno de los más conocidos y extendidos a lo largo y ancho del mundo. Se conoce también como virus del herpes humano 4 ya que forma parte de la familia de los herpes. Al igual que el herpes simple o la varicela presenta dos fases infecciosas. La primera fase o fase aguda también llamada mononucleosis o enfermedad del beso se produce cuando el virus infecta por primera vez el organismo. Posteriormente el virus se queda en una segunda fase de latencia o crónica en la que permanece de por vida, pudiendo reactivarse y repetir nuevos episodios infecciosos, o desencadenar otras patologías nuevas diferentes.

¿Cómo se contagia la enfermedad del beso? ¿Cómo es de infecciosa?

El virus Epstein-Barr, principal causante, es un virus ubicuo lo que hace que el 90% de la población mundial se haya contagiado en algún momento. La enfermedad del beso se contagia a través de las gotitas de saliva de la persona infectada que se transmiten por vía aérea o por contacto al hablar o al besar y por eso se le ha llamado la enfermedad del beso. Además se puede contraer al utilizar vasos o cubiertos de una persona infectada. Durante la enfermedad y hasta un año después de la infección, el virus se elimina por la garganta, por esto es difícil prevenir el contagio, es un virus muy extendido, pero se puede minimizar si se evita el contacto con las secreciones, principalmente saliva, de personas infectadas. Durante la fase de latencia el virus puede reactivarse y pasar nuevamente a la garganta desde donde puede volver a contagiar a otras personas.

¿Cuáles son los síntomas de la mononucleosis y cuánto duran? 

Los síntomas de la primoinfección o fase aguda más frecuentes son:

  1. Fiebre.
  2. Fatiga y malestar.
  3. Dolor de cabeza.
  4. Inflamación de la garganta.
  5. Inflamación de los ganglios linfáticos y/o del hígado.
  6. Agrandamiento del bazo.

Estos síntomas pueden durar de 2 a 4 semanas aunque en algunas personas, mayoritariamente jóvenes o adultos, la fatiga puede prolongarse durante meses. Parece ser que en los bebés y niños la enfermedad del beso suele cursar con síntomas más leves; de hecho muchos bebés pasan la infección de manera asintomática. No afecta igual a en jóvenes y adultos, en los que se manifiesta la enfermedad con sus síntomas.

¿Cómo de peligrosa es la enfermedad del beso? ¿Qué secuelas puede dejar?

La enfermedad del beso en raros casos es grave o letal, pero existen estudios que relacionan la infección persistente de este virus con la aparición de algunos tipos de cáncer, de enfermedades autoinmunes, esclerosis múltiple, fatiga crónica o deficiencias en la respuesta inmune.

¿Cómo nos protege nuestro sistema inmune?

El control de la infección por el virus de Epstein-Barr depende tanto de la inmunidad celular como de la inmunidad humoral. Por un lado, la inmunidad celular se encarga de controlar la fase de destrucción viral inicial y reducir el virus a la fase latente gracias principalmente a los linfocitos citotóxicos (TCD8+) y las células natural killer, aunque también colaboran los linfocitos TCD4+. En personas inmunodeprimidas que no sean capaces de dar esta respuesta pueden desencadenarse infecciones severas o linfomas.

Por otro lado, gracias a la inmunidad humoral, se producen anticuerpos contra los distintos elementos del virus o antígenos virales. Entre ellos, se producen anticuerpos IgM que reconocen la cápside del virus al aparecer los primeros síntomas y desaparecen en 2-6 meses. La IgG que también reconoce la cápside y aparece entre la semana 2 y el mes 2 de la infección aguda alcanzando su pico máximo el mes 4 y se mantiene positivo de por vida. A los 3-6 meses aparecen los IgG contra el antígeno nuclear y pueden mantenerse siempre positivos. Gracias al estudio de estos anticuerpos se puede ver en qué etapa de la infección nos encontramos.

¿Qué tratamientos existen para la mononucleosis?

En la mononucleosis las posibilidades terapéuticas son aún muy limitadas y basadas principalmente en el alivio sintomático. Si bien, sabemos que el sistema inmunitario es el protagonista en la resolución del proceso y mantenimiento del virus bajo control. Por eso, los tratamientos inmunomoduladores dirigidos a limitar la multiplicación viral y tratar el desequilibrio inmunitario son de especial interés; e incluyen un potencial terapéutico también la infección crónica.

Uno de los pocos tratamientos inmunitarios que existen en este contexto es la microinmunoterapia. Se trata de un tratamiento dirigido a estimular las defensas inmunitarias naturales contra la infección y restaurar la competencia inmunitaria a largo plazo. Como otros enfoques en inmunoterapia, utiliza componentes activos de naturaleza inmunitaria, en este caso: usa principalmente citoquinas, que son los mediadores que ya de forma natural coordinan la respuesta inmune.

Como estrategia inmunitaria, la microinmunoterapia puede utilizarse tanto en la mononucleosis como en las reactivaciones virales ligados a la infección persistente por el virus de Epstein-Barr. Un profesional sanitario formado en el campo, utiliza analíticas para evaluar el estado o fase de la infección, y el estado inmunitario del paciente. Junto a su sintomatología clínica, puede recomendar el tratamiento de microinmunoterapia más adaptado a su caso concreto.

Bibliografía

  1. Kerr JR. Epstein-Barr virus (EBV) reactivation and therapeutic inhibitors. J Clin Pathol. 2019 Oct;72(10):651-658. doi: 10.1136/jclinpath-2019-205822. Epub 2019 Jul 17.
  2. Dieudonne Y, Martin M, Korganow AS, Boutboul D, Guffroy A. EBV et immunodépression [EBV and immunodeficiency]. Rev Med Interne. 2021 Dec;42(12):832-843. French. doi: 10.1016/j.revmed.2021.03.324. Epub 2021 Apr 16.
  3. Houen G, Trier NH, Frederiksen JL. Epstein-Barr Virus and Multiple Sclerosis. Front Immunol. 2020 Dec 17;11:587078. doi: 10.3389/fimmu.2020.587078.

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