Si has tenido hijos o estás esperando uno y convives con mascotas, seguro que en algún momento te ha surgido la pregunta: “¿Qué voy a hacer con el perro o con el gato?”

Habitualmente pensamos que es mejor prevenir las alergias excluyendo al animal del hogar, pero en los últimos años, se ha visto que esto no es del todo cierto.

Mascotas en el primer año de vida

Los síntomas infecciosos respiratorios son comunes durante el primer año de vida. La asistencia a lugares públicos y guarderías, la convivencia con hermanos mayores y la falta de lactancia materna han sido considerados como posibles factores que influyen en la incidencia de las infecciones respiratorias tempranas.

En un estudio multivariable, en el que participaron casi 400 niños, se pudo observar que el contacto con perros y gatos durante el primer año de vida puede estar asociado con una menor morbilidad y puede tener un efecto protector sobre los síntomas e infecciones del tracto respiratorio1. De hecho, según la bibliografía existente en el campo, se constató que los niños que viven en casas en las que los perros pasan una parte del día en el interior (menos de 6 horas diarias o temporalmente) tenían menor riesgo de síntomas infecciosos en el tracto respiratorio. Una posible explicación para este interesante hallazgo podría ser que la presencia del perro dentro de la casa facilitaría el contacto de los niños con ciertos antígenos, estimulando su sistema inmunológico.

Relación entre tener mascotas en primer año de vida y desarrollar síntomas alérgicos a los 18 años

Otro estudio, esta vez de G. Wegienka2, quiso ver la relación entre el contacto con mascotas durante el primer año de vida y una aparición de síntomas alérgicos a la edad de 18 años. Los investigadores observaron que los infantes varones que tenían un perro durante el primer año de vida tuvieron la mitad del riesgo de padecer estos síntomas a los 18 años en comparación con los que no lo tuvieron, mientras que en el caso de los gatos el resultado fue muy similar, independientemente del sexo del infante. El estudio sugiere que el contacto con una mascota está asociada con la exposición a distintas poblaciones bacterianas, influyendo en la colonización bacteriana del tracto gastrointestinal infantil, en la maduración de la respuesta inmune y en el desarrollo de sensibilización específica a alérgenos, preparando así las defensas y entrenando los mecanismos inmunitarios.

Papel de las mascotas y el desarrollo del asma entre los niños.

En este estudio de MS Perzanowski3, se investigó el papel de las mascotas en el desarrollo del asma en infantes, teniendo en cuenta antecedentes familiares del asma. Los investigadores observaron que los niños que vivían con mascotas tenían anticuerpos de tipo IgG contra Fel d 1 (un alérgeno del pelo del gato) en lugar de anticuerpos IgE, que son los encargados de mediar las respuestas alérgicas, lo contrario que en los niños que no convivían con mascotas, que presentaban  anticuerpos de tipo IgE contra Fel d 1, en vez de tipo IgG. Según el estudio, este hecho significaría que la convivencia con mascotas estimula al sistema inmune desensibilizándolo frente a la puesta en marcha de una respuesta alérgica.

El equipo de investigación concluyó que la convivencia con mascota reduce el riesgo de desarrollar asma entre las familias con antecedentes de la enfermedad, y destaca que una mayor comprensión del rol de los animales en la estimulación de los mecanismos inmunitarios podría proporcionar una visión importante de la relación entre la exposición a un alérgeno y el desarrollo de asma4.

Bibliografía

  1. Bergroth, E., Remes, S., Pekkanen, J., Kauppila, T., Büchele, G., & Keski-Nisula, L. (2012). Respiratory tract illnesses during the first year of life: effect of dog and cat contacts. Pediatrics, 130(2): 211-220.
  2. Wegienka, G., Johnson, C. C., Havstad, S., Ownby, D. R., Nicholas, C., & Zoratti, E. M. (2011). Lifetime dog and cat exposure and dog-and cat-specific sensitization at age 18 years. Clinical & Experimental Allergy, 41(7), 979-986.
  3. Perzanowski, M. S., Rönmark, E., Platts-Mills, T. A., & Lundbäck, B. (2002). Effect of cat and dog ownership on sensitization and development of asthma among preteenage children. American journal of respiratory and critical care medicine, 166(5), 696-702.
  4. Simpson, A., & Custovic, A. (2003). Early pet exposure: friend or foe?. Current opinion in allergy and clinical immunology, 3(1), 7-14.

5 Comentarios

  1. Usted proporciona un ángulo tan único al tema que el artículo fue un placer de leer – gracias por hacer mi día un poco mejor.

    • Mi Sistema Inmune Contestar

      Muchas gracias Dora,

      te animamos a continuar navegando por nuestro blog.

      Saludos

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