Las infecciones urinarias son algunas de las enfermedades más comunes en la mujer y suelen producirse cuando bacterias procedentes del tubo digestivo o de la piel acceden a la vejiga a través de la uretra y se convierten en patógenos oportunistas. Normalmente el sistema inmune y la flora urinaria evitan esta infección, pero hay factores de riesgo que las favorecen como, por ejemplo: la alteración de la microbiota vaginal, una bajada de defensas, uso de anticonceptivos como espermicidas y diafragmas, malformaciones fisiológicas, relaciones sexuales, el abuso de antibióticos, la diabetes, embarazo, la menopausia, obesidad, etc.

¿Qué es la cistitis? 

La cistitis es la infección urinaria que se produce en la parte más inferior del tracto urinario (vejiga y/o uretra). Es más frecuente en mujeres por tener una uretra más corta que los hombres y presentan una recurrencia de un 5% una vez han tenido un primer episodio. El microorganismo mayoritario que causa la cistitis es la Escherichia Coli pero a medida que se repiten las infecciones y se utilizan más antibióticos, aumentan los posibles microorganismos causantes y estos se hacen más resistentes a los tratamientos.

Cabe destacar que la cistitis es también una de las infecciones más frecuentes en verano. De hecho, no es aconsejable quedarse con el bañador mojado después de bañarse en el mar o la piscina, ya que el aumento de la humedad favorece el crecimiento de las bacterias.

¿Cuáles son los síntomas de estas infecciones urinarias?

Los síntomas más frecuentes de las infecciones del tracto urinario inferior (ITU) son:

  • Necesidad urgente y frecuente de orinar.
  • Ardor y/o escozor al orinar.
  • Orina con olor fuerte, color turbio y/o con sangre.
  • Dolor abdominal o de espalda, dolor en la parte inferior de la pelvis.
  • Dolor en las relaciones sexuales.
  • Fiebre.

Aunque no hay una definición universalmente aceptada, cuando los episodios infecciosos sintomáticos se repiten 2 veces en los últimos 6 meses o 3 en los últimos 12, se habla de infecciones recurrentes.

Entre los síntomas de la cistitis, una posible complicación se da cuando la infección alcanza el tracto urinario superior, uno o ambos riñones, causando una pielonefritis.

¿Cómo prevenir y aliviar la cistitis?

Para prevenir y tratar las cistitis se debe consultar a un profesional sanitario ya que un buen manejo es clave para evitar que la infección se prolongue hacia el tracto urinario superior y se agrave. Además, puede ser necesario la recomendación de un tratamiento antibiótico para evitar que la infección se extienda.

Sin embargo, como explicábamos más arriba, en el caso de las cistitis de repetición y las recurrencias en la mujer, puede ocurrir que el uso repetido de antibióticos cause una inmunización de las bacterias, que se hacen más resistentes a los tratamientos, por lo que hoy en día se acuden también a otras estrategias para ayudar en el tratamiento de estas infecciones recurrentes:

  • Uso de pro bióticos por vía oral o vaginal como Lactobacillus.
  • Arándano rojo, los flavonoides de su composición evitan que las bacterias se peguen a la pared de la vejiga.
  • D-mannosa, es un azúcar simple que se une a las bacterias de la vejiga y favorece su salida con la orina.
  • Vacunas personalizadas en función del agente causante.
  • Glicosaminoglicanos intravesicales para reforzar la pared de la vejiga e impedir el anclaje de las bacterias.

En el tratamiento de la cistitis, la microinmunoterapia puede asimismo constituir una opción en el tratamiento y prevención de los episodios recurrentes. Primero, porque una de las causas  que favorece este tipo de infecciones es un sistema inmune débil incapaz de contener la invasión de las bacterias intestinales. De hecho, incluso factores como el estrés pueden afectar en la cistitis por tener precisamente un rol directo sobre la disminución de las defensas de la inmunidad innata y adaptativa, importantes en la gestión de las infecciones urinarias.

Entre las diferentes estrategias que pueden utilizarse en microinmunoterapia en las infecciones urinarias, hay por tanto posibilidades terapéuticas dirigidas a:

  • Reforzar la respuesta inmunitaria y mejorar la gestión del organismo de las infecciones recurrentes.
  • Regular la inflamación asociada al dolor.
  • Equilibrar la bajada de la inmunidad asociadas a la gestión emocional del estrés.

Conclusión

En el abordaje de las infecciones urinarias conviene tener una visión a largo plazo para evitar las recurrencias. Esto sin duda significa que no podemos olvidar la participación del sistema inmunitario y por tanto su cuidado en el enfoque de tratamiento de estas infecciones, del mismo modo que se deben tener en cuenta los cambios en la microbiota o la influencia del estrés en la repetición de episodios.

Bibliografía

  1. Sihra N, Goodman A, Zakri R, Sahai A, Malde S. Nonantibiotic prevention and management of recurrent urinary tract infection. Nat Rev Urol. 2018 Dec;15(12):750-776. doi: 10.1038/s41585-018-0106-x. PMID: 30361493.

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