La infección genital por el virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones más comunes en todo el mundo y afecta tanto a hombres como a mujeres. En el siguiente post entrevistamos al Dr. Diego Jacques Grauwet, médico especialista en ginecología y obstetricia, y médico experto en microinmunoterapia, para que nos resuelva algunas de las dudas más habituales sobre esta infección y sus manifestaciones.

¿Qué es el VPH y cómo se transmite?

El VPH es un virus ubicuo que pertenece a nuestra flora microbiana cutánea y del cual existen más de 200 genotipos, algunos más comunes y otros menos frecuentes. En general, el virus es capaz de atravesar nuestras barrera física cutánea cuando se dan pequeñas heridas o microabrasiones de la piel y mucosas. La transmisión es por contacto, no por fluidos, generalmente en entornos húmedos (por eso las mucosas).

En la mayoría de las ocasiones, nuestra inmunidad es capaz de mediar una respuesta eficaz contra el virus, con lo que no siempre llegamos a saber que nos hemos infectado. Sin embargo, cuando la inmunidad a nivel local falla, el virus puede entonces infectar sus células diana: los queratinocitos de la piel y células epiteliales de la mucosa, y causar manifestaciones clínicas.

Entre los factores de riesgo, pueden nombrarse:

  • El número de parejas sexuales.
  • La edad de la primera relación.
  • El uso de preservativo.
  • El estado de inmunocompetencia.
  • La toma de anticonceptivos orales.
  • La presencia de otras infecciones de transmisión sexual.

Los principales signos de esta infección los encontramos en dermatología: por ejemplo, a causa de verrugas comunes y de condilomas acuminados, y en ginecología: lesiones cervicales por VPH.

¿Qué tipos de PAPILOMAVIRUS? ¿Cuáles son los más comunes? ¿Son los mismos en hombres y en mujeres?

En función de los genotipos pueden producirse distintas manifestaciones clínicas. Los tipos más comunes son los 1, 2 y 3, causantes habitualmente de verrugas cutáneas, los llamados serotipos de bajo riesgo oncogénico (principalmente 6 y 11, que son los que están detrás de la gran mayoría de condilomas; aunque también en bajo riesgo encontramos 42, 43, 44, 54, 61, 70, 72 y 81) y los de alto riesgo oncogénico (16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82), asociados muchas veces a lesiones displásicas. En general, estos tipos de papilomavirus pueden afectar tanto a hombres como a mujeres.

¿Cuáles suelen ser los síntomas del VPH?

En dermatología, el diagnóstico es clínico, basado en la exploración de las verrugas o condilomas. En ciertas ocasiones puede ser necesaria una biopsia cutánea y hacer pruebas de amplificación génica para determinar el genotipo, aunque estas se suelen llevar a cabo en situaciones clínicas en ginecología. Las infecciones ginecológicas no suelen ser sintomáticas, aunque en algunos casos puede haber vaginitis asociada o no a condilomas vulvares. También puede haber infección por virus del papiloma humano en hombres más allá de las verrugas anogenitales, y causar uretritis. Además de la PCR confirmatoria, la presencia de otras infecciones genitales recurrentes o los resultados de la citología también pueden ser orientativos de una posible infección por VPH.

¿Qué tratamientos existen? ¿En qué puede ayudarme un tratamiento de microinmunoterapia en esta infección?

Actualmente no existe un tratamiento destinado a erradicar el virus. En dermatología, suelen utilizarse tratamientos puntuales como la electrocoagulación, la crioterapia o el láser para eliminar las verrugas. En ginecología, la presencia de un VPH es monitorizada y vigilada, por riesgo al desarrollo de lesiones intraepiteliales, y en casos de displasia puede recurrirse a la conización. Cabe destacar que en mujeres menores de 25 años el aclaramiento viral espontáneo es habitual, si bien el riesgo de lesión intraepitelial aumenta a partir de los 30.

Hace casi 30 años que utilizo la microinmunoterapia en mi consulta de ginecología con buenos resultados. La microinmunoterapia es un enfoque terapéutico de carácter inmunomodulador, y en el contexto de la infección por VPH, persigue mejorar la inmunidad natural en el control de la infección y limitar la replicación viral. Para mí, su valor radica en potenciar la propia capacidad del cuerpo de reaccionar contra la infección, más allá de combatir el propio virus.

Apoyar la inmunidad, y además hacerlo utilizando el mismo lenguaje que el sistema inmune usa en el cuerpo, me permite realizar un trabajo de fondo que no consigo hacer con otro tratamiento del papiloma humano. Dado que en microinmunoterapia se utilizan muy bajas dosis, por debajo de las concentraciones fisiológicas, suelo observar una buena tolerabilidad al tratamiento, a diferencia de otros que describen más efectos secundarios. Por eso, en mi consulta la utilizo habitualmente tanto desde una perspectiva terapéutica, para ayudar a negativizar la replicación viral y normalizar la citología en las infecciones cervicales, como para prevenir las complicaciones resultantes de la infección persistente. La recomiendo tanto a la paciente como a su pareja hasta la negativización de la PCR. También la utilizo habitualmente en casos de verrugas anogenitales o condilomas en mujeres y hombres, y prevenir las recidivas.

¿Qué ocurre si no tratamos el papilomavirus?

Si hay infección, y especialmente si es infección cervical por una cepa de alto riesgo oncogénico, es conveniente tratar el VPH, porque puede ocasionar lesiones displásicas más adelante. De hecho, en ocasiones puede haber resultados de PCR positivos sin producir lesiones. En estos casos, utilizo la microinmunoterapia como enfoque preventivo.

¿Si soy positivo a VPH es conveniente que mi pareja haga alguna prueba de detección?

Dependiendo del tipo de infección. Si hay una infección a nivel genital, es conveniente que la pareja tome cita para descartar la infección, dado que puede haber habido infección por contacto durante las relaciones sexuales. Muchas veces la pareja puede estar infectada, pero ser asintomática y portadora.

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