Uno de los adornos más atractivos y naturales que se puede lucir es, sin duda, una bonita sonrisa con dientes perfectos. Además los dientes desempeñan tareas importantes para el organismo: trituran los alimentos y los preparan para una digestión posterior. También son un elemento fundamental para la correcta vocalización de las palabras en la formación del habla. Por lo tanto, las enfermedades de los dientes y del periodonto pueden tener diferentes efectos. La periodontitis es una de las enfermedades más comunes en el ámbito de la salud bucodental. Dos de cada tres personas mayores de 40 años la padecen.

¿Qué es la periodontitis?

La periodontitis es una inflamación del periodonto que casi siempre se desarrolla a partir de una inflamación o infección de las encías. Con el tiempo, la periodontitis no tratada puede llegar a afectar a los huesos maxilares y en los estadios avanzados incluso provocar la pérdida de los dientes afectados. La inflamación y la infección no tratadas pueden extenderse afectando a otras partes del cuerpo. Este riesgo es particularmente elevado si el sistema inmunitario se encuentra debilitado o desequilibrado. Un tratamiento cuidadoso aplicado lo antes posible puede proteger el periodonto y prevenir efectos negativos sobre el organismo y la salud general.

Causas de la periodontitis y factores de riesgo 

La periodontitis es causada por bacterias. Una higiene oral deficiente puede hacer que se forme una fina biopelícula o biofilm bacteriano sobre los dientes, que también se denomina placa bacteriana o placa dental. Esta acumulación estructurada de sustancias ofrece a las bacterias la posibilidad de multiplicarse rápidamente y excretar sustancias nocivas (toxinas) y ácidos que atacan tanto a los dientes como a la encía. Como consecuencia de ello, la encía se inflama, lo que a su vez dificulta la limpieza de las superficies dentales. Si la línea de unión entre el diente y la encía se separa, se forman las llamadas bolsas periodontales, en las que las bacterias pueden asentarse y multiplicarse más fácilmente.

El sistema inmune responde frente a esos microorganismos con una reacción inflamatoria y además activa unas células capaces de reabsorber el hueso que, sin embargo, también atacan al periodonto. En consecuencia, el diente se “va saliendo” cada vez más de la encía hasta que finalmente se afloja por completo y se cae.

Entre los factores de riesgo, además de una deficiente higiene bucal, se encuentran:

  • El sarro o cálculo dental: uno de los mecanismos de defensa del organismo contra los patógenos es rodearlos de calcio. Sin embargo, el sarro así formado posee una superficie rugosa que proporciona un buen biotopo para las bacterias. Si el sarro no se elimina regularmente, las bacterias puede multiplicarse más rápido.
  • Los cambios hormonales: en las etapas de cambios hormonales (por ejemplo durante el embarazo) acompañadas de un aumento de la sensibilidad de las encías, puede aumentar el riesgo de periodontitis, especialmente cuando la irritación, la inflamación y la sensibilidad gingival llevan a la persona a ser más reacia a mantener su higiene bucodental.
  • El tabaquismo: la nicotina reduce el flujo sanguíneo, incluso en la encía. Por ello, las propias células inmunitarias del sistema de defensa del organismo no pueden llegar a tiempo para luchar contra las bacterias.
  • Las enfermedades metabólicas: la diabetes mellitus o la artritis reumatoide también pueden favorecer el desarrollo de la periodontitis.

Síntomas típicos de la periodontitis

La periodontitis a menudo comienza de forma insidiosa, la persona afectada no la nota. En muchos casos va precedida de una gingivitis o inflamación de la encía. Un primer signo puede ser el sangrado gingival. Además, cuando comienza la periodontitis la encía se vuelve más roja y se hincha. También una mayor sensibilidad al frío y al calor debido a la recesión de las encías y la consiguiente exposición de los cuellos de los dientes puede ser un indicio de periodontitis. El aflojamiento de los dientes suele aparecer solo en caso de una periodontitis grave.

Dado que la periodontitis no se limita a la cavidad oral, sino que también puede extenderse, es posible que aparezca fiebre como una señal de la propagación bacteriana a otras partes del cuerpo. Los signos de que la infección se está extendiendo pueden ser, entre otros:

  • Dificultad para tragar
  • Imposibilidad de abrir la boca con normalidad
  • Hinchazón de la cara o el cuello

Prevención de la periodontitis

Seguir algunas reglas de conducta puede ayudar a prevenir la periodontitis. Entre ellas se puede enumerar las siguientes:

  1. Cepillarse los dientes dos veces al día
  2. Usar el hilo dental y los cepillos interproximales con regularidad
  3. Acudir a las citas regulares con el dentista (revisiones cada seis meses)
  4. Acudir a una limpieza dental profesional (la frecuencia depende del paciente, al menos una vez al año)
  5. Abstenerse de fumar
  6. Tratar las enfermedades que aumentan el riesgo de periodontitis (por ejemplo, la diabetes)

¿Cómo puede la microinmunoterapia ayudarnos frente a la periodontitis?

Cualquier terapia eficaz contra la periodontitis debe centrarse principalmente en la eliminación de las bacterias causantes de la enfermedad y en detener la inflamación. Por lo tanto, el odontólogo elimina el sarro de los dientes; este tratamiento se denomina curetaje. Pero si existen bolsas profundas en las encías y una inflamación importante, el curetaje a veces no es suficiente. Entonces el odontólogo despega la encía ligeramente para eliminar toda la placa y el sarro. A veces también se utilizan antibióticos.

La microinmunoterapia ofrece un complemento terapéutico suave para la periodontitis. Los medicamentos de microinmunoterapia contienen las llamadas citoquinas (mensajeros del propio sistema inmunitario) que, entre otras cosas, regulan el equilibrio entre las reacciones proinflamatorias y antiinflamatorias del organismo.

Además, puede apoyar al sistema inmunitario y por lo tanto la propia capacidad de autorregulación del organismo. De esta manera, puede actuar mejor contra los patógenos y otros invasores no deseados. Además del tratamiento dental y la higiene bucal diaria, la microinmunoterapia puede utilizarse para la periodontitis como medida preventiva o integrarse en un tratamiento agudo. También puede ayudar a prevenir en la medida de lo posible la evolución a una periodontitis crónica, de modo que la inflamación no pueda extenderse a otras partes del organismo.

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