La hepatitis es una enfermedad inflamatoria del hígado. Sus causas pueden ser diversas, aunque las más conocidas y contagiosas son las hepatitis de origen vírico, debidas a la infección por virus con afinidad por los hepatocitos (células del hígado). Entre ellos se conocen el virus de la hepatitis A, B, C, D y E.

La hepatitis puede ser de carácter agudo, cuando la inflamación es temporal y de una duración menor a 6 meses, o de carácter crónico cuando persiste, pudiendo evolucionar a daño hepático, cirrosis, insuficiencia hepática o incluso al desarrollo de un cáncer (hepatocarcinoma).

Dentro de los virus causantes de hepatitis viral crónica se encuentra el VHB. Alrededor de unos 350 millones de personas en todo el mundo padecen infección crónica por el virus de la hepatitis B y cabe destacar que esta infección persistente se da en el 90% de los niños infectados por vía perinatal.

Ahora bien, en algunos casos, el individuo infectado puede ser también un portador sano, con una infección persistente pero sin sintomatología clínica o inflamación significativa.

Respuesta inmunitaria ante el virus de la hepatitis b

Las principales vías de transmisión de la enfermedad hoy en día son la vía sexual y perinatal. Una vez el virus entra en el cuerpo humano, se une a un receptor de la superficie de los hepatocitos, y entra a través de endocitosis. Una vez dentro, el virus se multiplica y produce nuevos viriones. La replicación del virus no es en sí tóxica para la célula, lo que explica que haya individuos asintomáticos. El daño hepático que se produce es fruto de la destrucción de las células infectadas por parte de nuestro sistema inmune.

Cuando el virus entra en la célula, unos receptores específicos, los Toll-like receptors reconocen el ADN viral. La activación de estos receptores induce la producción de diversas citoquinas, principalmente interferones (IFN), como el IFN α/β. Estos mediadores inmunitarios reclutarán diversas células del sistema inmune, como linfocitos T citotóxicos o células natural killer (NK) que destruirán los hepatocitos infectados y generarán otras citoquinas, como el IFN-γ con un papel inmunosupresor en la replicación del virus. Se ha visto también que la producción de citoquinas como el TNF-α o la IL-1β puede restringir la replicación viral.

Microinmunoterapia

La microinmunoterapia busca modular mecanismos implicados en la fisiopatología de las hepatitis virales y ayudar al sistema inmunitario en su lucha contra los virus, su persistencia y consecuencias asociadas.

Bibliografía

  1. Busca A., Kumar A. Innate immune responses in hepatitis B virus (HBV) infection. Virology Journal 11:22 (2014).
  2. Panero, J. L. C., et al. Guía de buena práctica clínica en hepatitis B crónica. Guía de la Organización Médica Colegial (2011).

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