Virus: los causantes principales de las enfermedades respiratorias
Secreción nasal, tos, dolor de garganta, dolor muscular: ¡Se acerca la época de los resfriados y de otras enfermedades respiratorias! Estas enfermedades pueden ser causadas por cientos de tipos de virus diferentes. Hace sólo un año se identificó una nueva cepa del coronavirus, responsable del llamado Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV del inglés Middle East respiratory syndrome coronavirus), que, desde septiembre de 2012, fue confirmado en más de 100 casos, algunos de ellos mortales, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Los primeros síntomas de este virus son fiebre y tos, que se agravan hasta causar una neumonía grave o complicaciones renales en algunos casos. Evidentemente, no todos los virus son tan peligrosos, pero en todos los casos, es el estado del sistema inmune que será decisivo en la evolución de una infección. Las complicaciones se presentan especialmente cuando el sistema inmune no ejerce su función, la de proteger nuestro organismo, de manera óptima.
Por lo tanto, es esencial fortalecer el sistema inmune durante las épocas de invierno, cuando somos más susceptibles a los ataques por parte del virus.
Mantener o recuperar el equilibrio del sistema inmune. ¿Cómo?
Aquí os dejamos algunos ejemplos de métodos para mantener o recuperar el equilibrio del sistema inmune, que pueden ser combinados en función de las necesidades de cada paciente:
Hábitos de vida
Simples hábitos de vida como dormir bien (ver artículo sobre relaciones entre el sueño y el sistema inmune,practicar algún deporte o hacer actividad física de forma moderada ayudan al sistema inmune a mantener su equilibrio y eficacia. Según un artículo publicado en 2011, en el “American Journal of Lifestyle Medicine”, la práctica de ejercicio moderado tiene efectos positivos en el sistema inmune: mejora la recirculación de inmunoglobulinas, neutrófilos, y células asesinas naturales (en inglés Natural Killer), y por lo tanto es capaz de reducir la incidencia de las infecciones de las vías respiratorias altas. Además, el sistema inmune puede ser reforzado reduciendo el estrés mediante técnicas como yoga o tai-chi.
Nutrientes esenciales
La eficacia de la reacción del sistema inmune ante infecciones depende además de niveles óptimos de nutrientes esenciales, como vitaminas (por ejemplo vitamina C o D) y oligoelementos (por ejemplo zinc o selenio), que pueden ser ingeridos a través de la dieta, o cuando ésta es insuficiente, a través de suplementos nutricionales. La deficiencia de estos nutrientes esenciales puede debilitar las defensas inmunes al afectar tanto a la respuesta inmunitaria innata, como a la mediada por las células T y las células B, lo que puede aumentar la susceptibilidad a infecciones. Aquí podéis consultar una publicación sobre este tema en inglés.
Fitoterapia
Para regular la inmunidad de forma natural, se pueden aplicar plantas como la Echinacea o el ginseng utilizadas en fitoterapia en forma de tés, tinturas o extractos. Un estudio llevado a cabo en 2005 muestra la eficacia del ginseng norteamericano en reducir el riesgo de los resfriados recurrentes y el número promedio de resfriados por persona.
Micro-Inmunoterapia
Para apoyar el sistema inmune ante infecciones agudas, crónicas y recidivantes la Micro-Inmunoterapia propone un enfoque terapéutico basado en la vitalidad del sistema inmune. El punto fuerte de la Micro-Inmunoterapia es que ayuda al sistema inmune a recuperar su funcionalidad a través de la transmisión específica, secuencial y repetida de informaciones. ¿Cómo? Utilizando los mismos mensajeros de comunicación del sistema inmune, las citoquinas, y estableciendo secuencias de regulación de diversos mecanismos inmunes. La Micro-Inmunoterapia tiene como objetivo modular la reacción inmunitaria a diferentes niveles para poder hacer frente de forma adecuada a las infecciones.