¿Cuándo revisas las ruedas de tu coche? Generalmente, por prevención, solemos hacerlo antes de que surjan problemas: en las revisiones periódicas, antes de salir de viaje… Conocemos la importancia de las ruedas para la conducción y sabemos que su estado determina la capacidad del coche para adaptarse a los baches del camino. Si las ruedas están en mal estado, el coche no tira.
Al igual que las ruedas, tu sistema inmunitario se adapta a un entorno en constante cambio, y tu organismo se vuelve vulnerable cuando esta función no es capaz de hacer frente a los desafíos que se le ponen por delante. La salud inmune es la salud de tu cuerpo.
Llevar una vida saludable, requiere incorporar el cuidado de tu sistema inmunitario en tu rutina diaria. Veamos por qué.
Vulnerabilidad vs Adaptabilidad
El sistema inmunitario no es un simple escudo de defensa, es un sistema de autorreconocimiento. Se trata de una red compuesta por distintos elementos (órganos, tejidos, células y moléculas), coordinada de forma estricta con una gran plasticidad y adaptabilidad, y con memoria. Nuestro cuerpo viene de fábrica con un sistema inteligente integrado que sabe reaccionar ante cualquier amenaza que ponga en riesgo nuestra salud e incluso regular la intensidad de su respuesta acorde a las necesidades del momento.
Si actúa en su óptimo natural, hay menos probabilidades de que caigas enfermo y, si contraes una enfermedad, te será más fácil y más rápido recuperarte. Si, por el contrario, existen alteraciones y la reacción es deficiente o exacerbada, serás más vulnerable ante la enfermedad, tardarás más en curarte, tendrás mayor probabilidad de complicaciones, de recidivas, de desarrollar un trastorno crónico o incluso de multimorbilidades.
Tu sistema inmune = tu salud = tu ritmo
Del mismo modo que el estado de las carreteras influye en el rendimiento de tus neumáticos, causando una mayor o menor tensión y pudiendo llegar a desgastarlos, tu estilo de vida ejerce un efecto directo sobre tu sistema inmunitario, por lo que hay que prestar atención a aquello que le beneficia y le permite una respuesta adecuada a cada situación.
Del mismo modo, una respuesta inmune mal adaptada también condiciona tu ritmo y calidad de vida. Estos son algunos de los indicadores de una respuesta inmune desequilibrada:
- Te sientes más cansado o fatigado de lo habitual, e incluso te cuesta realizar tus tareas habituales.
- Te cuesta más recuperarte cuando caes enfermo o sufres complicaciones después de patologías leves.
- Te sientes inflamado, con sensación de estar enfermo.
- Te cuesta pensar, tienes problemas de concentración y de rendimiento.
- Eres más susceptible a sufrir infecciones de repetición o infecciones recidivantes.
- Te sale más frecuentemente un herpes labial, u otras reactivaciones de virus de la familia de los herpes, como el herpes zóster.
Restaurar la respuesta inmunitaria con microinmunoterapia
En Labo’life pensamos que recuperar y normalizar la función inmunitaria ayuda a realizar un trabajo de fondo. Trabajamos en microinmunoterapia porque queremos poner a disposición de las personas tratamientos adaptados al funcionamiento natural del sistema inmunitario, que puedan ser utilizados por todo profesional sanitario y en una amplia variedad de contextos clínicos, como en las enfermedades inflamatorias, procesos infecciosos, síndromes post-virales, enfermedades autoinmunes o cáncer, además de enfermedades crónicas y complejas, en cuyo tratamiento, a menudo, no se tiene en cuenta la inmunidad.
Tu historia de salud es única y tu sistema inmunitario también. Por eso, cuando ayudas a tu propio sistema inmune a autorregularse por sí mismo, puedes motivar cambios positivos en tu salud a largo plazo.