Los mastocitos son células reguladoras esenciales en la modulación de procesos inflamatorios y alérgicos. De hecho, junto con las células dendríticas  y los monocitos, constituyen la primera línea de defensa frente a antígenos como bacterias o parásitos. También están implicados en reacciones frente a alérgenos del medio ambiente.

Estas células, descritas por primera vez por Paul Ehrlich a finales del siglo XIX como ‘células cebadas’,  se sintetizan a partir de precursores mieloides  producidos en la médula ósea. Inicialmente se liberan al torrente circulatorio como células inmaduras, y al diferenciarse migran hacia los tejidos. En particular se pueden encontrar en el tejido conjuntivo  de la piel, submucosa intestinal o del tracto respiratorio, y normalmente próximos a vasos sanguíneos pequeños y vesículas linfáticas.

Activación y funciones de los mastocitos

Cuando se produce un contacto inicial con un antígeno ‘no propio’, los elementos del sistema inmune activan entre otros a los linfocitos B,  que proliferan, se diferencian y se convierten en células especializadas productoras de anticuerpos (inmunoglobulinas). Entre esas inmunoglobulinas, los linfocitos B producen IgE específicas contra antígenos individuales, que son capaces de unirse a la membrana de los mastocitos, donde reconocerán el antígeno ante un segundo contacto [1]. Así, el principal mecanismo por el que los mastocitos se activan es mediante la unión de antígeno a las IgE de su membrana, desencadenando una cascada activadora intracelular. No obstante, los mastocitos también se pueden activar al detectar citoquinas o antígenos mediante unos receptores específicos que tienen en su superficie.

Una vez activados, los mastocitos liberan al medio unos gránulos preformados que contienen en su interior. Este proceso se conoce como desgranulación. Dentro de estos gránulos hay mediadores inmunorreactivos como por ejemplo la heparina  o la histamina , cuya función es favorecer el proceso de inflamación y eliminar el patógeno [2]. Los mastocitos también son capaces de producir otras sustancias, como mediadores lipídicos o citoquinas (como TNFα) así como quimiocinas, que participan en la señalización y comunicación celular, ayudando a la coordinación de la respuesta inmune innata y adaptativa.

Mastocitos y alergias – una estrecha relación

Como mediadores de la inmunidad ante antígenos ambientales, los mastocitos también están implicados en reacciones de hipersensibilidad y alergias, como resultado del reconocimiento de antígenos (polen, polvo, etc.) a priori inocuos. En los individuos muy sensibles a un antígeno concreto puede darse una reacción pro-inflamatoria excesiva, consecuencia de la desgranulación masiva de los mastocitos. Esta reacción inflamatoria es la responsable de los síntomas observados en los pacientes con asma alérgica o con alergias alimentarias [3], [4].

El papel que tienen estas células en el desarrollo de reacciones alérgicas está actualmente bajo estudio y existen múltiples factores que pueden desencadenar estas respuestas. De hecho, se sabe por ejemplo que la hipersensibilidad a antígenos ordinarios puede tener una predisposición genética y es debida a defectos en la regulación de las IgE, haciendo que se estimule de manera inapropiada la respuesta inmunitaria [5]. Sin embargo, no hay que olvidar que existe un potente factor ambiental, en el que se incluyen elementos del medio que nos rodea, como es el caso de los antígenos como el polen, especialmente molesto en primavera, y la ingestión de alérgenos en la dieta.

 

Bibliografía

[1]       M. H. Ross and W. Pawlina, Histología. Ed. Médica Panamericana, Edición no.5, p. 185-188, 2007.

[2]       K. Amin, “The role of mast cells in allergic inflammation,” Respiratory Medicine, vol. 106, no. 1, p. 9–14, 2012.

[3]       S. Reuter, M. Stassen, and C. Taube, “Mast cells in allergic asthma and beyond,” Yonsei Med. J., vol. 51, no. 6, p. 797–807, 2010.

[4]       A. D. Kraneveld, S. Sagar, J. Garssen, and G. Folkerts, “The two faces of mast cells in food allergy and allergic asthma: The possible concept of Yin Yang,” Biochim. Biophys. Acta – Mol. Basis Dis., vol. 1822, no. 1, p. 93–99, 2012.

[5]       J. Bellanti, M. de Inocencio, H. López, Bellanti, O. Martínez, and E. Gutiérrez, Alergia. Enfermedad multisistémica. Ed. Médica Panamericana, p.37-50

3 Comentarios

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