En un artículo publicado hace aproximadamente un año hablábamos del herpes zóster, concretamente de su modo de propagación y del papel de la microinmunoterapia en su tratamiento. En este nuevo artículo, sin embargo, nos centraremos en las complicaciones asociadas a la aparición del herpes zóster (HZ).

Como ya habíamos explicado anteriormente, el virus de la varicela zoster (VZV) causa una infección primaria conocida como varicela. El virus migra entonces de las lesiones en la piel a través de las células nerviosas a los ganglios sensitivos donde se vuelve latente. Al cabo de unos años, en algunos individuos el virus se reactiva causando una infección secundaria conocida como HZ.

A partir de la aparición del HZ, podemos destacar 3 fases de dolor: La fase de dolor agudo, que puede manifestarse incluso antes de la aparición de la erupción, la fase de dolor subagudo, que abarca cualquier molestia tras la cicatrización de la erupción, y finalmente la fase de neuralgia postherpética (NPH), que consiste en el dolor documentado durante mínimo 90 días tras la aparición de la erupción1.

El HZ es principalmente una enfermedad del tejido nervioso, pero las manifestaciones a largo plazo requieren un conocimiento multidisciplinario. Las complicaciones pueden ser dermatológicas, neurológicas, oftalmológicas o viscerales. Incluso, hay que tener en cuenta que con la edad se producen cambios en el sistema inmunológico, como la inmunosenescencia, que favorecen o aumentan el riesgo de la aparición de un herpes Zóster. Además, la presencia de otras enfermedades ligadas al envejecimiento favorece también una bajada de las defensas y la reactivación del virus. Las personas que padecen inmunopatologías o están en tratamiento de quimioterapia también sufren un mayor riesgo de reactivación viral, independientemente de la edad.

Neuralgia PostHerpética

La neuralgia postherpética es la complicación más común de la HZ, aumentando el riesgo con la edad. Es una enfermedad que se caracteriza por un dolor intenso, como consecuencia del daño producido en los nervios sensoriales, causado por el ataque del HZ. Este dolor es neuropático, intermitente y no correlacionado con estímulos externos2.

Otras complicaciones

Pueden ocurrir otras complicaciones, tanto en el dermatoma afectado como en otros lugares, aunque son menos comunes.

Una reactivación viral en la rama del nervio oftálmico V1 produce Herpes Zóster Oftálmico (HZO). Las complicaciones oculares típicas del HZO se suelen producir por un error en el diagnóstico, debido a la presencia del virus pero no de la erupción visible. Entre esas complicaciones encontramos inflamación del iris o el síndrome del ojo seco (queratoconjuntivitis). Las complicaciones neuro-oculares son menos comunes, pero pueden derivar en enfermedades como oftalmoplejía o ptosis. El daño neuronal comienza antes de que aparezca la erupción característica y por lo tanto antes de que se inicie el tratamiento antiviral3.

Una complicación grave es la diseminación del herpes zóster, principalmente en pacientes inmunodeprimidos. Se caracteriza por la presencia de vesículas que se extienden más allá de la distribución del dermatoma afectado, con el potencial de afectar a otros órganos como pulmones, cerebro o riñones. Estas lesiones pueden hacerse hemorrágicas y necróticas, haciendo la condición potencialmente letal5.

Finalmente destacamos el síndrome de Ramsay Hunt, que genera parálisis del nervio facial VII periférico acompañada de una erupción vesicular en el oído acompañado de  irritación, inflamación y lesión del nervio4, y es provocado también por la acción del virus varicela-zóster.

Bibliografía

  1. Johnson, R. W., et al. (2015). Herpes zoster epidemiology, management, and disease and economic burden in Europe: a multidisciplinary perspective. Therapeutic advances in vaccines, 3(4), 109-120.
  2. Johnson, R. W., & Rice, A. S. (2014). Postherpetic neuralgia. New England Journal of Medicine, 371(16), 1526-1533.
  3. Drolet M., et al. (2010). Predictors of postherpetic neuralgia among patients with herpes zoster: a prospective study. The Journal of Pain, 11(11), 1211-1221.
  4. Opstelten W., Mauritz J. W., de Wit N. J., van Wijck A. J., Stalman W. A., & van Essen G. A. (2002). Herpes zoster and postherpetic neuralgia: incidence and risk indicators using a general practice research database. Family practice, 19(5), 471-475.
  5. Rommelaere M., Marechal C., Yombi J. C., Goffin E., & Kanaan N. (2012). Disseminated varicella zoster virus infection in adult renal transplant recipients: outcome and risk factors. In Transplantation proceedings 44 (9), 2814-2817.

2 Comentarios

  1. SOY PORTADORA DE HERPES, TENGO 75 AÑOS Y LO QUE HE LEÍDO ME AYUDÓ MUCHO. PIENSO QUE AHORA LA GENTE ME CREA Y EL MÉDICO TAMBIÉN. Elisa- PONTA GROSSA -Pr BRASIL. Gracias.

    • Mi Sistema Inmune Contestar

      Hola Elisa,

      nos alegramos que la lectura de nuestro post le haya ayudado. Le animamos a seguir navegando en nuestra web.
      Saludos,

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