El ejercicio físico no solo mantiene nuestro cuerpo saludable sino también nuestra mente. Un estudio llevado a cabo en un modelo animal y publicado recientemente en la revista “Cell Metabolism” arroja más luz sobre cómo la actividad física puede mejorar la resistencia del cerebro frente a la degeneración.
Al envejecer o en el caso de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la capacidad de las neuronas para producir la energía necesaria para su correcto funcionamiento puede disminuir. Mediante investigaciones realizadas en ratones se ha podido comprobar que una proteína llamada SIRT3, que se encuentra en las mitocondrias, podría ayudar a las neuronas a hacer frente al estrés causado por los factores que llevan a la pérdida de dicha energía. Los investigadores han descubierto además que los ratones que no producían esta proteína presentaban una sensibilidad aumentada al estrés cuando se exponían a neurotoxinas implicadas en la aparición de la neurodegeneración y de los ataques epilépticos.
Otro de los datos que muestra este estudio es que cuando los ratones hacían ejercicio en una rueda de correr, aumentaba la cantidad de esta proteína en sus neuronas, protegiéndolos contra la degeneración.
En resumen, el ejercicio físico, entre otros por su capacidad de aumentar la proteína SIRT3, puede jugar un papel importante en la protección frente a enfermedades relacionadas con el deterioro cognitivo. De gran importancia es también regular las funciones mitocondriales.
Bibliografía
Cheng A et al. Mitochondrial SIRT3 mediates adaptive responses of neurons to exercise, and metabolic and excitatory challenges. Cell Metabolism. E-published Nov. 19, 2015.