Introducción

Las células gliales son células del tejido nervioso y son esenciales ya que tienen varias funciones como dar soporte mecánico a las neuronas, formar tejido cicatricial después de lesiones cerebrales, eliminar residuos después de la muerte celular, etc. Hay varios tipos de células gliales o neuroglía: astrocitos, oligodendrocitos, células gliales radiales y microglía.

Este artículo se centrará en explicar el papel de la microglía en el sistema nervioso central.

La microglía

La microglía son células que proceden de la médula ósea y se encuentran en todas las regiones del sistema nervioso central, participando en la respuesta inmune. Vigilan e inspeccionan constantemente el sistema nervioso central, siendo muy sensibles a los cambios en su entorno. En condiciones fisiológicas normales, las células de la microglía funcionan como “guardianes”, limpiando los desechos celulares y las células apoptóticas por fagocitosis. Sin embargo, en condiciones inflamatorias tales como cuando hay un daño neuronal, agentes invasores infecciosos o agregados de proteínas patógenas (producidas habitualmente en trastornos neurodegenerativos), las células de la microglía alcanzan un estado “activado”.

La microglía activada tiene dos estados: M1 (proinflamatorio) o M2 (antiinflamatorio), dependiendo de la naturaleza del estímulo inflamatorio. En el estado M1, la microglía responde a la lesión o infección mediante la producción de  citoquinas proinflamatorias como interferones (IFN) tipo I, interleucinas IL-1, IL-6, IL-12 y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), y quimiocinas pro-inflamatorias para inducir la infiltración de leucocitos periféricos en el tejido, con el fin de combatir y eliminar la infección o lesión.

En el estado M2, se produce justo el efecto contrario, con la secreción de citoquinas antiinflamatorias que facilitan la fagocitosis de los restos celulares y promueven la reconstrucción de la matriz extracelular y la reparación de tejidos, liberando por ejemplo el factor transformador de crecimiento (TGF-ß) y la IL-10.

Bibliografía:

Kettenmann, H., Hanisch, U. K., Noda, M., & Verkhratsky, A. (2011). Physiology of microglia. Physiological reviews, 91(2), 461-553.

Nakajima, K., & Kohsaka, S. (2001). Microglia: activation and their significance in the central nervous system. The journal of biochemistry, 130(2), 169-175.

 

2 Comentarios

    • Mi Sistema Inmune Contestar

      Así es Eduardo, un sistema inmune equilibrado es necesario para mantener la salud.
      Te invitamos a conocerlo más a través de nuestros contenidos.

      Saludos,

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