Irritabilidad, fatiga, pérdida o aumento de peso, palpitaciones cardíacas, deshidratación de la piel, dolor de estómago, éstas son solo algunas de las molestias que pueden aparecer cuando uno está sometido a situaciones de estrés durante largos periodos.
Por la naturaleza de estos síntomas se puede concluir que el estrés puede llegar a afectar a nuestro organismo a diferentes niveles como a nivel nervioso, hormonal, cardiovascular, cutáneo o gástrico. Sin embargo, el que más se ve alterado a causa del estrés es nuestro sistema inmunitario. ¿Pero que es el estrés? ¿Y cómo puede ayudar la Micro-Inmunoterapia en la gestión de éste?
¿Qué es el estrés y como nos afecta?
El estrés es una reacción natural de autodefensa, que el organismo pone en marcha ante situaciones angustiosas, amenazantes o simplemente, frente a una sobrecarga física o psicológica, y puede afectar a cualquier grupo de edad (ancianos, adultos, jóvenes, e incluso a niños).
En bajas dosis, puede ser positivo, incrementando el nivel de rendimiento de una persona. Sin embargo, cuando el estrés es repetitivo o excesivo, este se vuelve un enemigo incontrolable con graves consecuencias para la salud y la vida. Los periodos prolongados de estrés afectan especialmente al sistema inmunitario, debilitando su buen funcionamiento y en consecuencia facilitando la aparición de enfermedades inflamatorias o infecciones de repetición en el organismo.
¿Cómo ayuda la Micro-Inmunoterapia en la gestión del estrés?
Afortunadamente, existen formas de modular el sistema inmunitario para conseguir una óptima respuesta frente al estrés. El tratamiento mediante Micro-Inmunoterapia puede ser una solución precisa y no tóxica para combatir la sobreactividad del sistema inmune causada por el estrés. Esto es debido a que, gracias a la utilización de reguladores inmunológicos como las citoquinas o factores de crecimiento, permite restablecer el equilibrio inmunológico del organismo hasta que se haya superado el periodo de estrés o, al menos, se haya visto reducido a un nivel que pueda ser controlado por el propio organismo, sin la ayuda de la Micro-Inmunoterapia.
Gracias a los componentes y las diluciones utilizadas dentro de su fórmula específica para la gestión del estrés, la Micro-Inmunoterapia es capaz de actuar a todos los niveles que se ven afectados por éste (anteriormente explicados), para poder recuperar el pleno funcionamiento del organismo y aumentar la calidad de vida de los pacientes.