Cada día salen a la luz nuevos estudios que revelan los distintos problemas que pueden ocasionar los trastornos del sueño. En base al último post que publicamos sobre este tema, hemos querido analizar en mayor profundidad las consecuencias de estos trastornos, derivados principalmente de los nuevos hábitos de la sociedad moderna.
Relación entre el sueño y la inflamación
La reducción en el tiempo del sueño y el cansancio están vinculados a un componente pro-inflamatorio (1). Así pues en diferentes estudios experimentales en humanos y modelos animales, se ha podido mostrar un aumento demediadores de la inflamación (por ejemplo interleuquina 1, factor de necrosis tumoral alfa, interleuquina 6) como consecuencia de la privación o reducción del sueño (2). Estas alteraciones en la homeostasis o equilibrio del organismo están relacionadas con el desarrollo y progresión de numerosas patologías autoinmunes, cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas (1). Un ejemplo claro de esto sería el observado en un modelo animal para el estudio de la colitis (inflamación del colon), donde la privación del sueño empeora la enfermedad y ralentiza la recuperación (3).
Esta misma relación puede apreciarse también a la inversa, revelando cambios en los patrones de conducta y estados de fatiga como consecuencia de marcos inflamatorios. De hecho, se ha detectado la presencia de marcadores pro-inflamatorios tales como el factor de necrosis tumoral o la interleuquina 6 en enfermedades como el cáncer, enfermedades autoinmunes, infecciones virales, etc. – enfermedades a su vez relacionadas con estados de fatiga (4). Por ejemplo, un estudio realizado en pacientes con cáncer demuestra la aparición de agotamiento en el 80% de pacientes tratados con interferón alfa (5), una citoquina pro-inflamatoria.
Estos datos muestran la estrecha comunicación y relación que existe entre el sistema inmune y el sistema nervioso central. Cambios en uno de estos sistemas pueden tener repercusiones en el otro.
Privación del sueño y envejecimiento
El envejecimiento celular prematuro es uno de los nuevos enfoques que se investigan hoy en día y que tratan de explicar cuál es la relación entre los ciclos de sueño y vigilia y la aparición de enfermedades. Esta hipótesis sugiere que la falta de sueño se asociaría con el acortamiento de los telómeros en las células inmunes y, por tanto, con la aparición de enfermedades (6). Los télomeros son partes del cromosoma que tienen una función protectora y retrasan el envejecimiento de las células.
En resumen, estos datos evidencian la enorme importancia que tiene para nuestra salud controlar los ciclos de sueño, cuyos efectos se agrupan en un amplio rango de trastornos y que están directa o indirectamente relacionados con nuestro sistema inmunológico.
Referencias
- Hurtado-Alvarado G. et al. Sleep loss as a factor to induce cellular and molecular inflammatory variations. Clin Dev Immunol. 2013:801341 (2013).
- Mullington J.M., Simpson N.S., Meier-Ewert H.K., Haack M. Sleep Loss and Inflammation. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab 24(5), 775–784 (2010).
- Tang, Y., Preuss, F., Turek, F. W., Jakate, S. & Keshavarzian, A. Sleep deprivation worsens inflammation and delays recovery in a mouse model of colitis. Sleep Med. 10, 597–603 (2009).
- Dantzer, R., Heijnen, C. J., Kavelaars, A., Laye, S. & Capuron, L. The neuroimmune basis of fatigue. Trends Neurosci. 37, 39–46 (2014).
- Capuron, L. et al. Neurobehavioral effects of interferon-alpha in cancer patients: phenomenology and paroxetine responsiveness of symptom dimensions. Neuropsychopharmacology 26, 643–652 (2002).
- Prather A. A. et al. Tired telomeres: Poor global sleep quality, perceived stress, and telomere length in immune cell subsets in obese men and women. Brain. Behav. Immun. pii: S0889-1591(14)00574-1 (2014).