El sistema inmunitario nos defiende constantemente frente a agresiones procedentes del exterior así como del propio organismo, con el fin de mantener la integridad biológica de nuestro organismo.
Todos los mecanismos de defensa de los cuales nuestro sistema inmunitario dispone y pone en marcha para proteger a nuestro organismo se pueden agrupar bajo el término de “respuesta inmune”.
Hay dos tipos de respuesta inmune, que aunque distintas, actúan de manera coordinada e integrada:
-Respuesta inmune innata (natural, inespecífica)
-Respuesta inmune adaptativa (adquirida, específica)
La piel y las mucosas constituyen la primera barrera defensiva contra microorganismos que intentan penetrar en nuestro cuerpo. Cualquier agresor que consigue pasar esta primera línea defensiva, por ejemplo a causa de una herida en la piel, tendrá que enfrentarse al sistema inmunitario innato, nuestra segunda línea de defensa.
En este vídeo os explicamos cómo funciona la respuesta inmunitaria innata.
Cuando elementos extraños a nuestro organismo, como por ejemplo bacterias, penetran en nuestro tejido y empiezan a multiplicarse, los monocitos circulantes se diferencian a macrófagos.