Estamos ante un cambio de era en inmunología y salud digital. Las tecnologías de la comunicación e información hacen posible trabajar con una gran cantidad de datos, ofrecen posibilidades inéditas para conectar a profesionales y pacientes, aplicaciones en dispositivos móviles y un sinfín de herramientas que permiten desde la perspectiva del paciente ser el verdadero protagonista de su salud.

Profundizando en el tema de nuestro post anterior podemos hacer un análisis de lo que encontramos en el campo concreto de la inmunología.

ASPECTOS CLAVE

El dominio de la inmunología ha trascendido el laboratorio. Además de enfermedades clásicas como alergias o inmunodeficiencias actualmente se incorporan a este campo enfermedades inflamatorias complejas, autoinmunitarias, trasplantes, etc. Esto hace que sea necesaria la interacción con otras especialidades médicas y sus profesionales correspondientes como hematología, oncología, dermatología… siendo necesaria una comunicación fluida y coordinada con el fin último de dar al paciente el mejor servicio en cualquier lugar donde se encuentre. Las historias clínicas y laboratorios centralizados permiten el trabajo multidisciplinar desde cualquier lugar que nos encontremos.

A nivel práctico el paciente dispone de una variedad de dispositivos, smartphone, relojes etc., que siempre lleva consigo. En ellos puede encontrar información y blogs de calidad sobre temas relacionados con el sistema inmune, se puede instalar aplicaciones que le permiten conocer la composición de algunos alimentos simplemente leyendo el código de barras, clasificar los alimentos como saludables o no, o conocer su nivel de procesado, o conocer la existencia de alérgenos en el aire gracias a su conexión con estaciones de medición, permitiendo apuntar los síntomas que se presentan de cara evitar una crisis alérgica.

La salud digital ha desarrollado herramientas que ayudan al paciente a llevar a cabo su tratamiento inmunoterapéutico, por ejemplo con alarmas que le recuerdan cuándo debe tomarlo, chats de consultas al inmunólogo o al laboratorio, etc. Todas estas posibilidades hacen más ágil y económica la atención al paciente, lo cual es especialmente importante para las enfermedades crónicas del sistema inmune.

Las sociedades científicas recomiendan que las apps que salgan al mercado deben ser evaluadas por pares y deben participar médicos especialistas en su elaboración para valorar correctamente los algoritmos de decisión.

Conclusión

La inmunología se enriquece de las herramientas que aparecen con la tecnología de la información y comunicación. Es necesario que se vayan incorporando con el suficiente rigor y calidad como para que se consiga un servicio más eficiente para las personas.

BibliografÍa

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