Nuestro sistema inmunológico posee mecanismos propios que inhiben la formación de tumores, eliminando constantemente las células tumorales. Cuando estos mecanismos fallan, se puede desarrollar un cáncer [1] .
¿Pero cómo se convierte una célula normal en una tumoral? Se trata de un proceso complejo que depende de múltiples factores (factores ambientales, predisposición genética, etc.) y que surge como consecuencia de errores (mutaciones) en el material genético de las células, que provocan un crecimiento descontrolado de éstas. El factor de riesgo más importante para el desarrollo del cáncer de piel es la radiación ultravioleta (UV). De hecho, un nuevo estudio estima que cada una de las células de la piel expuesta al sol adquiere una mutación al día [2]. No obstante, hay que mencionar que la probabilidad de que una célula acumule todas las mutaciones necesarias para que se desarrolle un tumor son pequeñas, teniendo en cuenta también que el sistema inmune suele eliminar estas células.
En resumen, la aparición de mutaciones junto con la alteración del sistema inmunitario pudiesen ser responsables de la aparición del cáncer de piel.
Tipos de cáncer cutáneo
Entre los tumores cutáneos más frecuentes, se encuentran el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma. El primero, que es el más habitual, suele ser de crecimiento lento y localizarse en zonas expuestas a la luz, cerca de los orificios (nariz o párpados, por ejemplo) así como en las extremidades (brazos y piernas, aunque también en los hombros o en el escote). Por otro lado, el carcinoma espinocelular se asocia con la exposición prolongada a la radiación ultravioleta, afectando especialmente a grupos como agricultores, marineros, etc. Suele aparecer en la comisura labial y sobre otras lesiones previas, sobre todo en la cara. A diferencia del anterior, tiene más capacidad de producir metástasis. Por último, el melanoma tiene distintas localizaciones, según el sexo: en la mujer es más frecuente en las piernas, muslo o espalda, mientras que en el hombre es más frecuente en el tronco, cabeza y cuello. Además suele correlacionarse con antecedentes de quemaduras solares [3], [4].
Aportación de la Micro-Inmunoterapia en el cáncer cutáneo
En la patología tumoral, la Micro-Inmunoterapia tiene la finalidad de corregir el estado de desregulación inmunológica en el que se encuentra el organismo durante el desarrollo y progresión de esta patología. Usa sustancia propias del sistema inmunitario (citoquinas), producidas mediante biotecnología, con el fin de regular la comunicación y señalización celular así como corregir la alteración en el reconocimiento de las células tumorales. Para ello, tiene unos objetivos claros: estimular la respuesta inmunitaria contra las células cancerígenas y mejorar su eliminación e inhibir la progresión del tumor y metástasis.
La Micro-Inmunoterapia complementa los tratamientos quirúrgicos habituales en cada caso particular y ayuda a mejorar las defensas frente al cáncer.
Bibliografía
[1] S. Rangwala and K. Y. Tsai, “Roles of the immune system in skin cancer,” Br. J. Dermatol., vol. 165, no. 5, pp. 953–965, 2011.
[2] Martincorena I et al. High burden and pervasive positive selection of somatic mutations in normal human skin. Science. 2015. May 22. Vol. 348. No. 6237. 880-886.
[3] K. Lacy and W. Alwan, “Skin cancer,” Medicine (Baltimore)., vol. 41, no. 7, pp. 402–405, 2013.
[4] K. J. Payling, “Skin cancer.,” Prof. Nurse, vol. 11, no. 3, pp. 175–176, 1995.
Autora: Dra. Cristina Zemba (Barcelona) Av. del Parc 1 – entlo 3º
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