Con la llegada del verano y el calor aligeramos el vestuario por lo que nuestra piel, que es una barrera física de la inmunidad innata, queda más expuesta a los agentes ambientales propios de esta estación. En nuestro post de hoy comentamos algunas de las afecciones más comunes de nuestra piel en esta época y sugerimos algunas recomendaciones para protegerla.
El sol, un agente doble
Los rayos UV tienen efectos inmunosupresores sobre nuestro sistema inmunitario, de los cuales se han descrito tanto efectos positivos como efectos negativos para nuestra salud y el desarrollo o progresión de ciertas enfermedades1. Tomar el sol con moderación y siguiendo las recomendaciones de la Asociación Española Contra el Cáncer puede ser beneficioso para algunas afecciones de la piel como la psoriasis, el acné, la dermatitis atópica, por ejemplo. Sin embargo, exponerse en exceso a los rayos solares, o sin la suficiente protección, puede ocasionar quemaduras, pero además favorecer la aparición de manchas en la piel, arrugas, envejecimiento prematuro e incluso cáncer de piel o melanoma2. También hablamos de este tema en nuestro post: “Descubriendo la fotoinmunología: ¿Qué efecto tienen los rayos UV en nuestro sistema inmune?”.
Infecciones comunes en verano
Infecciones producidas por hongos como el pie de atleta son frecuentes en verano por pisar suelos húmedos como piscinas, duchas, vestuarios etc., para evitarlo es aconsejable no ir descalzo en zonas públicas y mantener siempre los pies limpios y secos.
Por otro lado, el molusco contagioso, las verrugas, o los herpes labiales, son algunos ejemplos de infecciones producidas por virus. En algunos casos se contagian por contacto directo con el virus, en otros casos el virus está latente en el organismo y por algún motivo, como puede ser una bajada de defensas, se puede desencadenar una nueva infección3. Cuidar las condiciones higiénicas en las zonas de baño públicas y utensilios de comer, es importante para no adquirir estas infecciones. Además mantener una alimentación sana y equilibrada ayudará a nuestro sistema inmune a protegernos de reactivaciones virales.
Cabe destacar también que la exposición a los rayos UV puede favorecer a su vez la reactivación de ciertos virus, como el del herpes.
Plantas, insectos y otros agentes
Al dejar nuestra piel más al descubierto, en verano nos vemos más expuestos a picaduras de ciertos insectos, medusas, etc. e incluso al contacto con ciertas plantas urticantes. Estas pueden producir inflamación, irritación, o picor al entrar en contacto con ellas. En la mayoría de ocasiones la sustancia es irritante por sí misma, por lo que en este caso se habla de dermatitis irritante de contacto4. La única solución en este caso es evitar el contacto con el agente que lo produce. En otros casos se habla de dermatitis de contacto alérgica cuando existe una predisposición individual a desarrollar la afección5.
La microinmunoterapia puede ser una ayuda para estas afecciones de la piel propias de la época estival en las que es necesario un apoyo del sistema inmunológico.
Bibliografía
- Norval, M., Halliday, G.M. The Consequences of UV-Induced Immunosuppression for Human Health. Photochemistry and Photobiology 2011. 87:965-977.
- Lozano J.A. Melanoma: Deteccion y tratamiento de un tumor de gran incidencia. Offarm. Vol 23 Núm 6 Junio 2004
- López A. Guía de Buena Práctica Clinica en Infecciones Víricas Dermatológicas. Ministerio de Sanidad y Consumo. 2005
- Fonseca E. Dermatitis por contacto. Asociación Española de Pediatria.
- Serra E. Dermatitis de contacto alérgica. Farmacia Profesional. Vol. 25, Núm. 5, Septiembre-Octubre 2011